miércoles, 22 de abril de 2015

Primagesta, primípara PARTE II

Insisto en que mi parto fue bastante bueno, aunque más largo que un día sin pan. Una vez que llegamos al hospital (os conté cómo fue el camino aquí) me pasaron dentro para confirmar si había roto o no la bolsa. Mi señor esposo se quedó fuera esperando, a esas hora intempestivas (cerca de las cuatro de la mañana) no estaba la sala de espera en pleno auge, la verdad. Un señor durmiendo, eso era todo.

Me hicieron unas preguntas (las mismas que te preguntan durante todo el embarazo: fecha de la última regla, de cuántas semanas estás, por qué has venido...) y me pasaron dentro.

- Desnúdate de cintura para abajo y tápate con esta sábana que ahora viene la doctora.
- Gracias

Pues bien, en un mini cuartito me desvestí y me senté en el potro a esperar a la doctora. La sensación era rara... una mezcla de nervios con ganas locas de que naciese la heredera. Apareció la doctora con una chica (después supe, por comentarios que era becaria. Insisto en que no lo digo por ofender a nadie). La doctora me hizo un par de preguntas y a la que metió la mano con bastante poca delicadeza... noté como salía un gran chorro de líquido.

- Sí, la bolsa está rota
- ¿Y todo lo que ha salido era líquido? - Ingenua de mí pregunté, como si fuese a salir... no sé ¿Leche?
- Sí, pero vamos, que aún queda mucho por salir

parto; parto provocado; parto inducidoPor lo menos el viaje no había sido en balde, la bolsa estaba rota así que me tenía que quedar en el hospital. Una vez la doctora terminó de tocar, dio paso a la becaria.

Mira verás, mete la mano despacio y toca para que veas cómo está rota la bolsa. Yo en ese momento no daba crédito la verdad. ¿Hola? ¿Alguien me ha preguntado? ¡Que no soy el juguete de prueba! Pues nada, ahí que estuvo tocando, con bastante más delicadeza que la doctora, todo hay que decirlo, e iba comprobando que todo estaba en su sitio.

Una vez acabado el reconocimiento llegó un señor con un pijama y una bolsa, para que me cambiase y metiese todas mis cosas ahí (pendientes, anillos... todo). Mandé un whatsapp a mi señor esposo: Nos quedamos. La bolsa está rota. Me llevan a monitores. Y él se fue al coche a por la bolsita de la heredera y la nuestra. Me desvestí y me puse el pijama, fue en ese momento cuando me di cuenta que las bragas para ir al médico me las había dejado en la bolsa que estaba en el coche... Me entró la risa floja... entre los nervios, el tanga y el pijama de hospital con el culo al aire... ¡Os podéis imaginar mi panorama!

parto; parto provocado; parto inducido; pijama hospital culo al aire

Estuve en monitores bastante tiempo (por lo menos una hora y media), gracias a Dios tenía el móvil y podía ir hablando con mi marido que el pobre estaba solo en la sala de espera. En este momento fue cuando la pequeña me dio un gran susto. No entiendo por qué los médicos no dicen las cosas claras ¡Por lo menos que no les oiga! Algo salía mal en los monitores y no querían decirme qué era, pero yo sólo veía un médico llamar a otro y éste a otro por teléfono, sabía que hablaban de mí porque era la de la bolsa rota.

Una chica la mar de maja, becaria también, vino a ponerme la vía y fue cuando me derrumbé, me sentía súper sola y muy muy preocupada, sabía que algo pasaba, nadie me decía nada y mi marido estaba fuera solo. Al final una matrona, bastante maja teniendo en cuenta las horas que eran, me dijo que no pasaba nada malo, solo que la niña era muy tranquilota pero que yo era igual (me habían puesto un pulsómetro en el dedo) así que no pasaba nada. Hacía tiempo que no lo pasaba tan mal...

Después de mil millones de horas en la sala de monitores por fin me suben a la habitación. Avisan a mi señor esposo y hala, los dos para arriba. Eran cerca de las seis de la mañana, se fue a por algo de comer a la máquina y nos quedamos hablando los dos. ¡Se acercaba el momento! Le conté todo lo que había pasado en la sala y el veredicto final: Efectivamente la bolsa estaba rota pero no estaba de parto ni había ningún síntoma de ello. Me darían unas horas para ver si me ponía de parto yo sola, si no me lo tendrían que provocar al mediodía. Yo ya hice mis cábalas en la cabeza y si me lo provocaban al mediodía... seguramente por la tarde noche ya estaría la princesa con nosotros (nada más lejos de la realidad)

Pues así comenzaba el sábado. Avisamos de que estábamos en el hospital por la mañana (sólo a los familiares más más cercanos) y fue un día bastante largo. Por la mañana me di bastantes paseos para intentar que la pequeña se decidiese a salir, pero no había forma... Al mediodía como no estaba de parto ni había síntomas de ello comenzaron con la inducción. Entraron una mujer y un hombre e hicieron salir a todos de la habitación. La mujer daba indicaciones y el hombre (también becario) iba tocando - con algo más de tacto que las anteriores - el cuello del útero estaba intacto así que prostaglandina y a correr. Debía estar un rato sin moverme de la cama y tener cuidado al ir al baño por si se caía ( lo que me habían puesto era como un tampax, con hilillo y todo, por eso no entendía cómo se podía caer, pero bueno, si ellos lo decían... tendría cuidado).

A partir de las cuatro de la tarde me monitorizaban cada cuatro horas para ver cómo iba la pequeña y las contracciones. La pequeña relajada, con un pulso que nos daba más de un susto, y las contracciones... ni notarlas. He de confesar que eso es algo que me pregunté varias veces durante el embarazo... ¿Notaría las contracciones? ¿Sabría reconocerlas? Me habían dicho que eran como dolores de regla, esa era mi única base, así que nada de nada, ni dolor ni molestia.

Para las que hayáis estado embarazadas sabréis cómo funciona la maquina de monitores, pero para las que no os avanzo que hay dos numeritos: uno es el pulso del bebé y otro mide las contracciones. A mi nadie me había dicho qué número era el normal para contracciones de parto por eso yo iba mirando la gráfica y cuando veía que subía un poco me emocionaba... ¡Una contracción! Pero no, una majísima enfermera (irónicamente hablando) me dijo que con esas contracciones jamás me pondría de parto y que además ¡La niña se había girado! ¿Perdona? ¿Cómo que girado? La heredera lleva cerca de un mes colocada perfectamente y cuando me empiezan a inducir el parto ¿Se cambia? Sólo pensaba que fuese una broma... pero no, la niña ahora miraba hacia arriba y, aunque pueden nacer así (o eso me dijeron) había que esperar a que se diese la vuelta de nuevo porque sería más fácil.

Pues hala venga, contracciones que harán que no para en la vida, la niña se da la vuelta, un día entero dando paseos por la misma planta del hospital ¿Alguien da más? Menos mal que por lo menos no me dolía nada.

La última visita se fue a eso de las diez de la noche y ahí nos quedamos mi señor esposo y yo. Viendo la tele tranquilamente y con visitas de médicos / becarios cada hora más o menos (os podéis imaginar cómo estaría la zona de delicada después de tantas horas haciendo visitas con poca o nada delicadeza). La última tanda de monitores fue mejor, la cosa iba avanzando. Bueno, las contracciones son más frecuentes (cada media hora más o menos) pero aún queda - los dolores de regla aún no los había ni olido - has dilatado un centímetrocuando las contracciones sean cada cinco minutos o menos me avisas, si no, vuelvo a las 02:00.
Vale, gracias.

Pues ahí nos quedamos... la tele encendida, mi señor esposo dormido en la butaca súper cómoda de todos los hospitales y yo pensando y pensando... ¿Notaré las contracciones? ¿Cada cinco minutos?
Cerré los ojos e intenté descansar un poco, pero pronto empezaron a llegar ligeros calambres de ovarios.

Continuará...

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